Como parte del programa inspiracional en STEM del reciente Campamento Tech para Mujeres en su segunda edición, la ingeniera Cristina Arévalo, Gerente IT de Banco LAFISE en Honduras, compartió una charla que hemos resumido en este artículo. Cristina nos comparte su encuentro y recorrido en el mundo de la tecnología en un segmento tan demandante como es la banca.
“El éxito es el producto de nuestros hábitos cotidianos, no hay transformaciones drásticas que se realizan una vez en la vida. No es que entramos al mundo de tecnología inmediatamente ya lo sabemos todo, verdad, sino que necesitamos ir formándonos en ese proceso”, recomienda a las mujeres que desean incursionar en tecnología.
Cristina cuenta con más de 18 años de haber incursionado en el sector de la banca y desde hace seis años gerencia el Departamento de Tecnología de Grupo LAFISE, teniendo a su cargo tanto el área de Tecnología como el de Innovación. Actualmente lidera a más de 40 personas que trabajan en el tema de transformación digital para darles el mejor servicio a los clientes de LAFISE en toda la región.
Cristina compartió que cuando estudió el Bachillerato en Computación en Honduras, no había muchas mujeres estudiando esta carrera como en la actualidad. “Éramos pocas y siempre existía esa no equidad de género, donde la mayoría de los maestros también eran varones, hablaban en un tono más masculino, hacían trabajos más técnicos, las jornadas eran más extensas, pero todo eso no limitó que yo siguiera adelante”.
Persiguiendo su sueño
Posteriormente ingresó a la Universidad Católica donde gracias a una beca pudo continuar con sus estudios con la condición de mantener un promedio del 95%.
“No fue fácil, implicaba esfuerzo y dedicación”. dice. “Había veces que pasaba toda la tarde en el laboratorio de la universidad para poder hacer las tareas de la clase de Base de Datos, por ejemplo, que tocaba estar programando en SQL y no tenía computadora; eso implicaba un esfuerzo personal, una decisión personal, por qué mientras mis otros compañeros se iban a pasear, iban a los centros comerciales, yo como no tenía los recursos tenía que quedarme ahí para aprovechar al máximo los recursos de la universidad”, comenta.
Todo este esfuerzo y dedicación rindió frutos y Cristina logró terminar su carrera e inició su vida profesional. A los 24 años se casó y con el nacimiento de su primer hijo vinieron nuevos desafíos en la rutina familiar: quien cuidaba al niño, la comida, la casa (…) “Mi esposo y yo nos poníamos a cocinar el domingo en la tarde, toda la comida de la semana y teníamos todo guardadito para solo agarrar la caja y llevar al niño adonde mi suegra o donde mis papás para que lo cuidaran. Mientras terminábamos la jornada laboral”.
Una mujer resiliente
La capacidad para hacer frente a las adversidades, aprender de ellas, superarlas y conseguir un beneficio o cambio para mejorar. Eso es la resiliencia.
Cristina es un vivo ejemplo de una mujer resiliente, con ocho meses de embarazo de su segundo hijo se enteró que su esposo tenía cáncer, una noticia que los tomo por sorpresa pues eran los dos juntos trabajando por el hogar y por sus hijos. Aunque sintió que su mundo se desmoronaba eso no implicaba dejar de trabajar, y se iba todos los días a trabajar toda la jornada, mientras en paralelo, aunque en la institución miraban a una profesional comprometida con su trabajo, ella también tenía esa otra y difícil situación en su vida.
Entre las quimioterapias, hacerse cargo de la casa, la comida de los niños y cubrir económicamente todos los gastos, fue muy duro. Fue un proceso largo y difícil, llevado a cabo en paralelo con el trabajo profesional.

Nadar contracorriente
Su formación profesional como Ingeniera en Sistemas incluyó dos ejes temáticos: administrativo y técnico: el eje técnico implicaba toda la parte de desarrollo de software, bases de datos, normalización de bases de datos, las conexiones, servidores y redes; mientras que el administrativo era más cómodo diseñar un programa.
“Recuerdo que cuando llegué, todos pensaban que era la secretaria del gerente de tecnología porque me pusieron en la silla frente a la entrada. Todo el mundo me preguntaba si era la secretaria o la asistente, y yo respondía: ‘No, soy la ingeniera a cargo de este proyecto’. Así, tuve que enfrentar esas situaciones y crecer en diversas áreas: tarjetas, operaciones, cobros, DIY, extracción de datos, toda la parte operativa, liderazgo de proyectos y transformación digital. Fueron nuevos retos en medio de las adversidades que estaba viviendo, pero eso no me detuvo y seguí avanzando”.
Creando su marca personal
Todos estos años de preparación llevaron a Cristina al lugar donde se encuentra actualmente: Gerente IT de Banco LAFISE en Honduras.
“La noticia de este trabajo me tomó por sorpresa, no es algo que yo estaba buscando, pero la mejor carta de presentación empieza en la universidad y es tu reputación, nosotros debemos crear esa marca personal: quiénes somos realmente y qué estamos haciendo y si lo que estamos haciendo tiene acciones que benefician a los demás”, aconseja.
Su ingreso a esta institución fue una oportunidad para transformar toda el área de tecnología y alcanzar los resultados que el banco esperaba. “Se trataba de construir un área de tecnología con diferentes especialidades y profesionales. Estuve involucrada tanto en la parte de infraestructura como en el desarrollo de software, mediando entre desarrolladores, responsables de redes y comunicaciones, y estableciendo una metodología de trabajo que priorizara el servicio a los demás. Ese enfoque no existía en el área de tecnología, y romper ese paradigma fue fundamental para crear un departamento que contribuyera eficazmente a las demás áreas»..
Cristina recomienda mantenerse en una capacitación constante. “El punto es no detenerse porque siempre hay algo que aprender y siempre hay algo que compartir”, afirma.
Otro de sus logros es haber conseguido que más mujeres trabajen en el área de tecnología que ella lidera. “Estoy muy emocionada porque cuando llegué, solo había dos mujeres en el departamento » nos comparte.
Consejos para la mejora continua

Para Cristina es relevante tener presente que para alcanzar las metas hay que ponerse en marcha, planificar y actuar “porque de nada sirve que digamos, yo voy a estudiar, voy a hacer esto, pero voy a empezar mañana porque ahorita me siento cansada; no hay que empezar a generar esos resultados que nos van a ayudar a crecer a cada uno, hacerlo sencillo para avanzar despacio, pero sin marcha atrás, que es lo más importante”.
Es muy importante también buscar el lado satisfactorio de lo que realmente nos gusta. “Si tenemos ese propósito en mente, digámoslo y disfrutémoslo porque lo que se recompensa se repite y lo que se castiga se evita. Lamentablemente las mujeres somos las primeras saboteadoras de nosotras mismas hay que cambiar eso, no tenemos que ponernos barreras ni emociones negativas en cosas que van a rendir frutos en el futuro”.
Para finalizar le brindó un último consejo a las participantes del campamento: “Ustedes tuvieron el valor de dar ese primer paso y ser parte de este proceso que les va a marcar su vida, y hacer algo satisfactorio son señales que le indican a tu cerebro esto se siente bien, hazlo de nuevo (…) ustedes conocieron un lenguaje de programación en el campamento, tal vez van a ir a conocer más sobre manejo de base de datos; o tal vez ahí en el campamento pensaron quiero ver más bien el diseño del producto, y está bien, pero siempre se van a tener que aliar con personas que complementen su conocimiento”, finaliza.
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