Artículo de Opinión

Los videojuegos, aunque han sido tradicionalmente considerados como simples herramientas de entretenimiento y asociados negativamente con la “pérdida de tiempo”; progresivamente han ido convirtiéndose en plataformas con un inmenso potencial educativo. Hoy, en el Día Mundial del Videojuego, es oportuno reflexionar sobre cómo estas experiencias interactivas pueden transformar la educación, especialmente entre niñas, niños y adolescentes.

Según estudios, año con año, la popularidad de los videojuegos ha crecido exponencialmente. De acuerdo con la Asociación Española de Videojuegos (AEVI), en 2023, más del 60% de la población global juega videojuegos de manera regular. Nicaragua, no es ajena a esta tendencia que muestra un aumento significativo en la penetración de juegos digitales en dispositivos móviles y consolas gracias al mayor acceso a internet en el mundo.

Frente a esta realidad, es importante reconocer que los videojuegos no solo ofrecen entretenimiento, sino también una herramienta poderosa para los aprendizajes. Desde el programa «Gamers en Acción», Tigo Nicaragua está a la vanguardia de esta iniciativa, Ya que en una de las categorias del programa los participantes pueden crear desde cero sus propios videojuegos educativos, demostrando que la creatividad y el ingenio son el punto de partida para afrontar cualquier reto.

Videojuegos como Herramientas Educativas

En un estudio publicado este año en la revista Nature Human Behaviour que destaca por la gran base de datos utilizada (con más de 97.000 participantes), concluye que jugar videojuegos puede tener un efecto positivo en el bienestar mental, reduciendo la angustia psicológica y mejorando la satisfacción con la vida.

Desde el programa «Gamers en Acción» se están aprovechando estos beneficios, enseñando a los participantes a desarrollar videojuegos para fomentar la creatividad y el pensamiento lógico. Y es que este programa no solo enseña habilidades digitales fundamentales, sino que también promueve habilidades blandas que son esenciales en la educación moderna, teniendo como base el uso responsable del internet, la importancia de utilizar la tecnología con un fin positivo, sensibilizar sobre la protección del medioambiente y la equidad de género, fomentando también el pensamiento crítico ya que los participantes deben dar respuesta a los retos asociados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Impacto en Niñas, Niños y Adolescentes

Uno de los aspectos más positivos de los videojuegos es su capacidad para atraer y motivar a los estudiantes de manera que las metodologías tradicionales a veces no logran. Según un informe de 2009 de la UNESCO, los videojuegos pueden aumentar la participación de los estudiantes en un 20%, mientras que un estudio de 2013 de la Universidad de Columbia reveló que los niños que juegan videojuegos tienen un 23% más de probabilidades de tener un rendimiento académico superior al promedio.

Con el programa «Gamers en Acción» se ha logrado implementar una dinámica de aprendizaje de desarrollo de videojuegos, que se alinea con los objetivos educativos, logrando un impacto positivo en las habilidades cognitivas y socioemocionales de los participantes. Por otro lado, la participación de niñas ha sido un factor positivo que ha permitido descubrir que cada vez más mujeres están interesándose en el campo del desarrollo de habilidades digitales.

De cara al Futuro

En el contexto actual, donde la educación digital se está convirtiendo en un complemento valioso, los videojuegos representan una puerta de entrada efectiva para enseñar y aprender. Iniciativas como «Gamers en Acción» de Tigo Nicaragua son ejemplos evidentes de cómo se pueden integrar los videojuegos en la educación de manera constructiva, permitiendo a los jóvenes aprender habilidades valiosas mientras disfrutan de su tiempo.

Este Día Mundial del Videojuego, es momento de replantear el papel de los videojuegos en la sociedad y reconocer su potencial como herramientas educativas que, bien utilizadas, pueden ayudar a formar a las futuras generaciones, preparándolas para los desafíos del siglo XXI.

Artículo por:

María José Argüello – Gerente de Responsabilidad Corporativa

Tigo Nicaragua