Desde sus primeros pasos con la robótica en el colegio hasta convertirse en una joven profesional que fusiona la ingeniería en sistemas con el marketing, Shemely Pérez es el reflejo de una nueva generación de mujeres STEM que crean, inspiran y transforman.
Shemely descubrió su pasión por la tecnología en su último año de secundaria, donde las clases de robótica la hicieron sentir por primera vez el poder de crear soluciones con impacto. Aunque tuvo que elegir entre opciones tan diversas como medicina, marketing o sistemas, fue la libertad creativa y el potencial de la tecnología lo que terminó conquistándola.
“Estudié en La Salle de Managua, donde tuve bastantes clases de robótica que ¡amaba con todo mi ser! desde soldar hasta hacer el código para que las luces del Arduino se encendieran, pero fue hasta el último semestre que me di cuenta de que esto iba más allá de una simple clase, era la posibilidad de crear soluciones útiles, con impacto en cualquier área que yo quisiera, desde salud hasta marketing incluso. Básicamente me enamoré de la idea de crear y resolver problemas”, nos cuenta.
Es por eso que se graduó como Ingeniera en Sistemas de Información y Marketing y Publicidad en la Universidad Americana (UAM). “La tecnología me inspira porque nos permite crear soluciones que realmente sumen valor, hacen el día a día más fácil y nos devuelven tiempo para lo más importante: vivir”, afirma con convicción.
La tecnología no tiene fronteras, sólo posibilidades
En la tecnología no hay límites podés generar un impacto real estés donde estés y a la hora que sea, esa es la magia y la esencia, cómo transformar procesos y mejorar experiencias y eso la joven ingeniera lo sabe muy bien. “A lo largo de estos últimos años, he tenido la oportunidad de explorar comunidades llenas de mujeres tech maravillosas como Nicawomantech y Girls Who Code que me inspiran siempre a no rendirme y seguir, aunque las cosas se pongan difíciles”, continua.
A lo largo de su carrera, ha demostrado que el camino de la tecnología no está peleado con la creatividad. De hecho, ha hecho de la combinación entre sistemas y marketing su mayor fortaleza.
“El marketing siempre ha estado presente en mi vida, desde hace años que ayudo a mi mamá con su negocio haciendo cosas creativas (artes, mini campañas, etc.), pero fue hasta en mi segundo año de universidad que me di cuenta que el marketing era parte de mi esencia”, dice.
En un mundo cada vez más digital, Shemely ha encontrado el punto exacto donde las estrategias de marca, la experiencia del usuario y el análisis de datos convergen con la innovación tecnológica.
“Muchos creen que sistemas y marketing no tienen nada que ver, pero para mí se complementan demasiado. Todo lo que está pasando con el marketing digital, el crecimiento del e-commerce, la experiencia de usuario en medios digitales, el análisis de datos, el desarrollo web y apps; todo es una mezcla perfecta entre las dos y cada una es un campo en el que te podés especializar y disfrutar lo mejor de ambas”, explica la joven.
Una experiencia profesional significativa
Actualmente, se desempeña como directora creativa en Pilates Way, un estudio de pilates mat y reformer, donde se encarga de conectar la marca con sus clientes de una forma única y auténtica. “Estar ahí me ha enseñado a desarrollar estrategias, a traducir valores en experiencias y ha sido una oportunidad valiosa para aplicar lo que sé de marketing y tech”.
“Un fun fact about me es que fui a Panamá a certificarme para ser instructora de Pilates en Reformer porque me apasiona el movimiento y cómo puede ayudarte a rendir mejor tanto física como mentalmente”, agrega.

Pero el camino no ha estado exento de desafíos. Como muchas mujeres en carreras STEM, Shemely ha enfrentado estereotipos, dudas y autoexigencias. “Desde el inicio sentís esa presión silenciosa de que “esto no es para vos” o de que es una carrera muy técnica, muy “masculina” o incluso poco manejable para una mujer, pero gracias a que siempre he tenido claros mis objetivos he podido seguir a pesar de los autosabotajes”. dice.
Sin embargo, encontró inspiración y respaldo en comunidades como Girls Who Code y Nicawomantech, así como en compañeras de carrera que la impulsaron a seguir adelante.
“Fue un antes y un después para mí, ver a mujeres que pasaron por lo mismo y que hoy están liderando en el mundo tech me inspiró muchísimo a dejar de ponerme límites y a confiar en mis habilidades. También tuve la suerte de conocer a personas claves como mis compañeras de carrera, quienes son chicas increíbles que me inspiran todos los días (Ana, Sol y María Belén), quienes creyeron en mí cuando yo misma tenía dudas”.
“Gracias a estas comunidades aprendí que no importa cuántos ‘no’ recibas o te pongas tú misma, si sabes quién eres y a dónde vas, vas a cumplir tus metas”.
Su participación en Jaguar Tech, la comunidad tecnológica de su universidad, fue también un punto clave en su formación. Ahí aprendió a liderar, delegar y trabajar en equipo, habilidades fundamentales para cualquier profesional del siglo XXI.
“La historia es bastante curiosa y divertida, conocí a Carlos Amador en UAM por accidente, yo lo confundí con otra persona de la junta directiva y gracias a eso empezamos a hablar y nos hicimos amigos rápido. Él me contó sobre Jaguar Tech, la primera comunidad tech de la universidad que justo andaba buscando a alguien de marketing y cuando le mencioné que estudiaba ambas fue un match instantáneo”, recuerda.
Poco después se integró a la junta directiva y ahí conoció a Joyner Falcón y Francisco Guevara, miembros aún activos de la comunidad que la apoyaron mucho, “con ellos aprendí a trabajar en equipo de verdad, a delegar, a organizar eventos, a representar algo más grande que yo”, continua.

“Ser parte de Jaguar Tech no es solo estar en un club, es ser parte de una comunidad donde todos crecemos juntos y donde también promovemos la participación de más mujeres en el mundo tech”.
“Todavía tenemos mucho camino por recorrer”
Sobre el panorama de las mujeres en tecnología, Shemely es optimista pero realista: hay más espacios y visibilidad, sí, pero también mucho camino por recorrer. Por eso, defiende la importancia de crear y fortalecer redes de mujeres que se apoyen, compartan conocimientos y abran puertas para las que vienen.
“Considero que lo más importante es seguir creando y apoyando las redes existentes, impulsarnos entre nosotras, compartir conocimiento y siempre estar dispuestas a abrir más puertas para las que vienen. En el ámbito STEM necesitamos más chicas liderando, más voces femeninas, más visiones distintas y más historias únicas”, afirma.

Para las jóvenes interesadas en el mundo STEM, su consejo es claro; decir que “SÍ” a todo lo que te haga crecer:
- Participa en talleres, hackathons, cursos, comunidades, networking.
- Conéctate con gente que le apasione lo mismo que vos, pregunta, intenta,
- Equivócate, volvé a intentar y crece, todo ON REPEAT.
- Evita compararte con el progreso de los demás porque cada quien tiene su propio ritmo, su historia, su proceso, sus metas y ambiciones, y si en verdad esto te apasiona, estás en el lugar correcto.
Hoy, Shemely sueña con seguir aprendiendo, conectar con referentes, y convertirse en una guía para otras muchachas que, como ella, un día se preguntaron si el mundo tech era para ellas.
“A largo plazo, sueño con poder cumplir las metas de la Shem pequeña, disfrutar de mi vida, aventurarme y conocer el mundo haciendo lo que me gusta, también quiero ser parte de espacios donde otras chicas como yo puedan encontrar su camino, confiar en sí mismas y saber que SÍ es difícil pero no imposible”, expresa.
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