¿Sabías que las mujeres son 25 % menos propensas que los hombres a tener habilidades digitales básicas y  representan apenas un tercio de la fuerza laboral en IA.? (Leer este artículo del Financial Times)

Parece mentira pero aún hoy, en la época de inteligencia artificial, la brecha de género está muy presente en el acceso, las oportunidades y la representación dentro de los espacios tecnológicos, sin embargo existen voces que no sólo desafían el statu quo, sino que también construyen nuevos caminos. Una de esas voces es la de Pamela Pèrez Alonzo, quien desde su rol como consultora, docente y speaker está marcando un antes y un después en el ecosistema tecnológico nicaragüense.

Desde muy temprano en su vida profesional, Pamela comprendió que la tecnología debía ser un espacio inclusivo, y que para lograrlo no bastaba con sólo abrir puertas: había que rediseñar el proceso y los espacios. Hemos sido testigos de sus logros, como por ejemplo: la creación de la primera comunidad tecnológica universitaria en la Universidad Americana (UAM), un espacio donde convergen estudiantes de distintas disciplinas con un objetivo común: construir soluciones reales desde la innovación, con enfoque de género y diversidad.

Para ella una de las principales barreras que enfrentan las mujeres al ingresar a carreras STEM (Ciencias, Tecnología e Ingenierìa) es la falta de referentes visibles. De ahí se deriva su trabajo que hemos observado se enfoca en visibilizar el talento femenino, conectar a mujeres con oportunidades de crecimiento y promover mentorías activas que generen redes de apoyo y pertenencia. Su compromiso va más allá de lo técnico: es una apuesta profunda por transformar las narrativas que históricamente han excluido a las mujeres del universo tecnológico.

El tener una formación profesional en mercadotecnia y comunicación ha sido clave en su camino pues, vemos que ha utilizado su conocimiento para diseñar campañas y contenidos con propósito, con el objetivo de posicionar a las mujeres como protagonistas del cambio digital. Pérez ha construido un relato poderoso desde el aula universitaria, las plataformas digitales y eventos académicos, destacando a la mujer, no como una excepción en tecnología, sino como un agente natural del progreso.

Como docente y speaker, nos ha inspirado al igual que a cientos de jóvenes a descubrir el potencial transformador de las STEM. En sus clases y conferencias, combina conocimientos técnicos con experiencias reales, mostrando cómo la tecnología puede ser una herramienta para la equidad, la creatividad y el impacto social. Conocemos su enfoque de enseñanza que se centra en metodologías como el aprendizaje por servicio, donde los estudiantes experimentan el poder de sus habilidades al servicio de sus comunidades.

Además de fundar la comunidad tecnológica universitaria, Pamela está detrás de la creación de la primera academia de marketing digital para emprendedores desde una universidad en Nicaragua. Esta iniciativa ha permitido que jóvenes y mujeres lleven sus ideas al entorno digital, impulsando sus negocios y multiplicando su alcance.

Su impacto ha traspasado a espacios y comunidades donde ha compartido su visión, apoyando plataformas como TEDx, WordCamp, Google Developers, Women Techmakers, Talent Network y Nicawomantech, llevando un mensaje claro: la tecnología, la educación y el liderazgo femenino deben ir de la mano para construir un futuro más justo y humano.

Hoy, Pamela (también doctoranda en Educación) lidera procesos académicos con una mirada estratégica y social desde la decanatura de la Facultad de Marketing, Diseño y Ciencias de la Comunicación de la UAM. Su investigación actual gira en torno al aprendizaje por servicio en carreras creativas, convencida de que formar profesionales con propósito es clave para transformar sociedades.

Nuestra región necesita más mujeres al frente de la innovación, por ello la trayectoria de Pérez Alonzo nos ha demostrado que si te lo propones, es posible romper barreras, rediseñar realidades y dejar huellas profundas. Porque cuando una mujer lidera con propósito, inspira a muchas más a imaginarse también al centro de la transformación que nos lleve disminuir lo más posible esa brecha de género en STEM.