El potencial impacto del proyecto es enorme: las MIPES representan más del 87 % de las empresas registradas en el país, generan más del 50 % del empleo y aportan más de un tercio del PIB.

En solo 24 horas, un grupo de estudiantes universitarios convirtió una necesidad nacional en una propuesta tecnológica con rostro humano. Así nació MARIMBA, un proyecto ganador del 2do Lugar en el Rally Nacional de Innovación 2025, esta propuesta está diseñada para brindar herramientas prácticas y accesibles a las Micro y Pequeñas Empresas (MIPES), el verdadero motor de la economía nicaragüense.

El desafío era ambicioso: encontrar una solución para el control de la estructura de costos en las MIPES, uno de los sectores más dinámicos pero también más vulnerables del país. La fortaleza del equipo radicó en su diversidad: estudiantes de ingeniería industrial, química y computación unieron capacidades para abordar el problema desde una perspectiva financiera, organizacional y tecnológica.

Durante el análisis inicial, una frase marcó el camino: “Las MIPES están desmarimbadas”. Esa expresión local reflejaba el desorden y la falta de herramientas con que operan muchos pequeños negocios. De ahí nació el nombre MARIMBA, que además de ser un símbolo cultural nicaragüense, también funciona como acrónimo de su propuesta central:
Marco Automatizado para la Rentabilidad, Inventarios, Manejo, Balance y Apoyo empresarial.

MARIMBA no es solo una aplicación, sino una guía de trabajo —la Ruta MARIMBA— que acompaña al emprendedor desde lo más básico hasta la consolidación de un negocio formalizado. La plataforma web y móvil incluye funciones como reconocimiento de texto (OCR), un asistente virtual llamado Don Marimbín y una interfaz amigable pensada para personas con poca experiencia digital.

La propuesta está impregnada de identidad nicaragüense, inspirada en espacios como el Mercado de Artesanías de Masaya, donde se respira creatividad, esfuerzo y orgullo local. El objetivo fue claro desde el inicio: construir una solución útil, cálida y diseñada con empatía para quienes más la necesitan.

Un aspecto que hace especial a MARIMBA es su equipo de trabajo equilibrado y colaborativo, donde el liderazgo femenino y el compromiso de los varones convergieron en perfecta armonía. Dos de los cinco integrantes fueron mujeres, quienes asumieron roles clave. Alexandra Salazar, estudiante de ingeniería en computacion, lideró el equipo con estrategia, visión y sensibilidad. Lía Cruz, también estudiante de ingeniería en computacion, fue la encargada de la narrativa técnica, el diseño de identidad del proyecto y la integración de elementos inclusivos.

“Nosotras no solo participamos, tomamos decisiones, propusimos ideas y dimos forma a una propuesta pensada para incluir a quienes suelen quedar fuera del acceso tecnológico”, explica Lía. Elementos como el lenguaje cercano, el asistente virtual accesible y las funciones adaptadas a mujeres emprendedoras y personas mayores surgieron desde esa mirada empática y femenina.

Pero también fue clave el aporte técnico, lógico y creativo de los compañeros varones: Carlos Espinosa, Carlos Ruíz y Evans Cruz, quienes desde sus perfiles en computación e ingeniería aportaron soluciones concretas para que la plataforma funcionara. El trabajo fue profundamente colaborativo. La visión compartida, el respeto mutuo y la complementariedad fueron esenciales para que el proyecto avanzara con fuerza. “Aunque fuimos un equipo mixto, nunca existieron jerarquías de género. Todos aportamos, todos construimos”, afirma Alexandra.

Uno de los elementos más valiosos del proceso fue el acompañamiento del ingeniero Alfonso Boza Tuckler, tutor del equipo, quien además de guiar en lo técnico, brindó orientación legal y estratégica. Gracias a su apoyo, el equipo ha comenzado conversaciones con incubadoras privadas, universidades y programas institucionales como Nicaragua Creativa o la Guía del Emprendedor, para escalar y validar MARIMBA.

El potencial impacto del proyecto es enorme: las MIPES representan más del 87 % de las empresas registradas en el país, generan más del 50 % del empleo y aportan más de un tercio del PIB. Sin embargo, muchas de ellas operan sin control de costos, sin registro de inventarios y con decisiones financieras poco informadas. MARIMBA responde a esa realidad con tecnología accesible, formación progresiva y una propuesta profundamente humana.

El equipo tiene claro que esto es solo el comienzo. “No queremos que MARIMBA se quede como una idea de competencia. Queremos convertirla en una herramienta real para transformar negocios y comunidades enteras”, afirma Alexandra.

Además, el proyecto demuestra que cuando jóvenes con visión, formación y compromiso se unen, pueden generar propuestas poderosas, y que el liderazgo femenino en tecnología no solo es posible, sino necesario.

“Nuestra experiencia demuestra que los equipos mixtos, diversos y abiertos funcionan. Que cuando hay colaboración y respeto, las ideas fluyen y se fortalecen. Y que cuando las mujeres lideramos, también innovamos con calidez, con inclusión y con impacto”, concluye Lía.

MARIMBA es tecnología al servicio del país. Una apuesta por una Nicaragua más organizada, productiva e inclusiva. Y sobre todo, una muestra de que sí se puede innovar desde lo local, desde la empatía y desde la juventud. Pueden conocer más en su landin page: AQUI