Más de 200 mujeres fortalecieron sus habilidades tecnológicas en Centroamérica
A finales del mes de octubre de 2025 celebramos un hito inspirador: 228 mujeres — migrantes, emprendedoras y lideresas rurales — culminaron con éxito el programa virtual regional de alfabetización digital y finanzas personales. Este programa fue desarrollado entre octubre 2024 y 2025 de forma 100% virtual y representa un logro que transforma no sólo sus propias vidas, sino la de comunidades enteras en Centroamérica.
Un programa con propósito


El programa, es impulsado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en colaboración con aliados regionales, ofreció un currículo completo y adaptado a mujeres en contextos rurales: desde Introducción al Marketing Digital, Marca Personal y canales digitales, y Publicidad en Redes Sociales, hasta la plataforma un el curso «Conciencia Digital» en la plataforma NetAcad de Cisco Systems, Inc. . Su implementacion fue 100 % virtual, con un 97 % de las participantes utilizando únicamente el dispositivo móvil, y un promedio de 8.5 horas invertidas por cada mujer.
Los datos por edad muestran que el grupo más numeroso fue el de 30-39 años, seguido por 40-49 años. También se destaca que el 25 % de las graduadas eran mujeres migrantes, 66 % emprendedoras y 7 % lideresas rurales. En cuanto a los países participantes fueron principalmente: Costa Rica (128), El Salvador (49), Honduras (26), Belice (21), Guatemala (12) y Panamá (2).
Este resultado demuestra que la educación digital y financiera ya no es un lujo sólo para las realidades urbanas: está llegando donde hace más falta, en la zonas rurales.
¿Por qué es tan relevante la alfabetización digital en zonas vulnerables?
La brecha digital de género y geografía en América Latina es real. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), casi 4 de cada 10 mujeres en la región quedan sin conectividad o no pueden permitirse el acceso a Internet. Además, en los hogares rurales apenas el 23 % tenían conexión en 2018, frente al 68 % en zonas urbanas( CEPAL).
Otro estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que las mujeres rurales figuran entre los grupos menos conectados, con menor posesión de teléfonos móviles y menor presencia en tecnologías de la información.

La falta de habilidades digitales limita severamente las oportunidades en temas de emprendimiento: 62 % de las organizaciones encuestadas por el BID consideraban que las mujeres tenían poca participación en procesos de transformación digital, principalmente por falta de competencias.
Estos datos revelan que alfabetizar digitalmente a mujeres en contextos rurales no sólo es una cuestión de acceso técnico, sino de equidad, desarrollo económico, inclusión y justicia social.


El poder transformador del programa
Esta graduación representa mucho más que un certificado; es un símbolo de cambio y acceso a más oportunidades. Al adquirir herramientas digitales y conocimientos financieros, estas mujeres pueden:
- Crear y gestionar sus negocios en línea, llegar a nuevos clientes y usar el marketing digital para crecer.
- Entender mejor sus finanzas personales, tomar decisiones informadas, ahorrar y reinvertir.
- Conectarse con plataformas y comunidades virtuales para ampliar sus redes, compartir experiencias y acceder a mercados antes inalcanzables.
- Romper ciclos de exclusión en los que el género, la geografía y la tecnología se combinaban para limitar sus oportunidades.
- Ser modelos de inspiración en sus familias, pueblos o redes sociales, demostrando que lo rural no es sinónimo de indefinición y que la brecha puede cerrarse.

Mirar hacia el futuro con esperanza
Este programa confirma que la tecnología, bien utilizada, puede democratizar la educación. Pero también nos recuerda que no basta con tener la plataforma, se requieren cursos que se adapten y se diseñen pensando en las realidades de mujeres rurales y migrantes: conectividad limitada, horarios flexibles, contenido relevante al contexto, acompañamiento cercano.
Estas 228 mujeres rurales de Centroamérica en alfabetización digital y finanzas personales representan un triunfo colectivo porque apuesta por cerrar una brecha que ha dejado atrás a muchas mujeres por el lugar donde viven y su género. Y también porque demuestra que, cuando la tecnología y la educación caminan juntas, pueden iluminar caminos olvidados.
Ellas son ahora agentes de su propio futuro —y de la transformación de sus comunidades— es un motivo de orgullo, inspiración y llamado a seguir invirtiendo en lo que verdaderamente importa: igualdad de oportunidades, desde lo rural hacia lo digital.
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